jueves, 29 de enero de 2015

Sopa de Alas de Mosca

El volumen de la música abarcaba el aforo, el alcohol hacía el resto, el baile, los roces, embriagados por la noche, el sudor, olores potentes, deseo... Marcos invitó a otra copa a la mujer que ya intuía en su dormitorio.

- ¿Como te llamas?

- Sandra. ¿Tienes un condón?

- Si, claro.

Sandra se arrodilló.

Se dieron el número de teléfono, desayunaron juntos y se despidieron con un beso, la cosa cuajó. Al día siguiente Sandra llamó a Marcos y tres meses después Marcos fue a cenar a casa de Sandra y conoció a sus padres.

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- No te metas el dedo en la nariz - le dijo su madre-. Aaaaaaaaargh y ahora vas y te lo comes, ¡Que asco! ¡Eres una cochina!

Tenía dos años y jamás dejó de comerse los mocos.

Al poco de cumplir los seis años aprendió a cazar moscas. Se deben atrapar posando la mano abierta delante de ellas, con la palma mirando hacia su cara, cuando esten quietas sobre una base plana como una mesa y ¡Zas! Rápidamente cerrar el puño, en el instante en el que emprendan el vuelo, luego las aturdes lanzándolas contra el suelo.

Les arrancaba las alas y las guardaba en un monedero maltrecho que había recuperado de la papelera, donde lo había tirado su madre. La pequeña removía con regularidad la basura en busca de nuevos tesoros.

La madre la mandaba a comer sola a su habitación cuando ella se negaba a probar bocado, ella lo sabía y tonteaba cuando había sopa para cenar.

- ¡No quiero sopaaaaa! ¡No me gusta! ¡La odiooooo!

Raquel agarraba el plato y la cuchara y lo llevaba a la habitación de su hija, lo posaba en la mesita de dibujar.

- ¡No salgas hasta que te la acabes! - No fallaba-.

- ¡Jolines! - Fingía Sandra- ¡Vaaale!

Entonces sacaba de su escondite el viejo monedero, echaba las alas de mosca, que no eran pocas, en la sopa y disfrutaba de su rica receta secreta.

La lista de necesidades repugnantes no había hecho más que comenzar, el gusto por los agridulces mocos, su exquisitez por partes de insectos blandos y crujientes, tan solo fueron la tapa de la caja de Pandora.

Un mundo de nuevas posibilidades se abrió ante Sandra, su hambre de experimentación era insaciable y su estómago estaba hecho a prueba de bombas, pedos, orinas, frías y calientes, cremas de excrementos, suyos y de otras personas, de animales, untados en su blanca piel, fragancias extraídas de lugares sombríos y pestilentes, le seducía el hedor, su degustación por la asquerosidad elevada, sus sentidos a merced de la calamidad placentera, escrupulosidad inexistente.

Sandra crecía a la misma velocidad con la que surgían nuevas fórmulas vomitivas con las que gozar hasta límites insospechados, flujos, esperma, sangre, pus, vísceras...

Uno de los rituales preferidos de Sandra era cagarse en la bañera, sumergirse y tragar hasta vomitar, volver a tragar y vomitar de nuevo, así sucesivamente en un bucle de arcadas y espasmos, la intensidad del momento la conducían a una especie de trance, llevándola a un extremo estado de éxtasis, hasta quedar totalmente extenuada, luego limpiaba todo bien y se duchaba.

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Marcos lloraba ante el cuerpo inerte de Sandra, la atropelló un camión de reparto de agua embotellada al salir del gimnasio, un domingo.

Era muy joven, fue muy triste, todos, su familia, sus amigos y Marcos la querían muchísimo.

Marcos olía realmente mal, aquella noche, en la discoteca, el volumen de la música abarcaba el aforo y un olor, potentemente seductor, llamó la atención de una inocente niña que jamás dejó de comerse los mocos.

FIN


22 comentarios:

  1. El relato es una pasada, Edgar!!!. Original como pocos y con una temática que atrae y repugna en iguales proporciones.
    Pobre Sandra, de nada tuvo la culpa: ni de sus excéntricos gustos ni de encontrar la muerte tan prematuramente. Me pregunto qué habría sido de ella de haber vivido más años...

    Un super abrazo, y que siga en racha esa inspiración!!

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    1. Gracias Julia! Me alegra un montón que te haya gustado el relato! ¿Si hubiera seguido viva? Supongo que hubiese acabado enferma por una infección o vete tu a saber qué! Un abrazo amiga!!!

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  2. ¡Edgar!
    Ay... Acabo de tomarme un café y creo que se me está dando tanto la vuelta en el estómago... ¡A Sandra le gustaría! ¡Por Dior! ¡Asqueeeeeeeteeeeee! ¡Puuuuag!

    Y... Te voy a decir además que... ¡Chan! ¡Chan! ¡Redoble de tambores de vísceras putrefactas! ;P
    ¡Qué te has superado! Es decir... ¡Joder! Creo que, tras leer este Relato, y lo último de lo último, veo tu grandiosa Evolución de Digimon Macabro y Tétrico *-*
    Se nota muy mucho #SeSabe En la forma de relatar, en los detalles, en la gran cantidad de Historias que te estremecen el Coco y se dan una vuelta por las Neuronas... ¡Joder! ¡Menudos Menús vas a tener en tu Restaurante! #Molap

    ¡Besazos Feroces, Hermanuelo! ;)

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    1. jajajjajaja... A Sandra le encantaría que regurjitaras ese café y la invitaras a bebérselo.
      Muchas gracias por ver esa evolución en mis relatos y comentarlo, me anima.
      ¡Besazos, Hermanuela!

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  3. Ufff, terrible, intenso, retorcido, tan turbio que resulta perturbador. Hay que ser bueno para escribir algo así y que el interés por el personaje supere a la repulsión, eso sólo lo consiguen los grandes del terror.
    Joder, Edgar, eres un crack, esa cabeza tuya tiene mucho que ofrecer.
    Un abrazo, perverso amigo de letras ;-)

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    1. Muchas gracias, Mar, por tu tremenda valoración y por tus palabras.
      Un abrazo, "impura" amiga de letras ;)

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  4. Recuerdo haberlo leído, no se porque no lo comenté en su momento. Quizá me fui a potar. :D Es broma. Lo he rememorado con una sonrisa. Abrazo!

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    1. Si te dio ganas de potar he logrado el cometido.. jajajaja
      Muchas gracias, Miguel Ángel.
      Abrazo, Compañero!

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  5. Un micro que destila repugnancia y hedor en cada palabra, y que aún así, es de una enorme originalidad y perturbadora mentalidad, que engancha hasta el final. La inicias con una invitación a cenar, y luego cambias al pasado para presentarnos a este extraño personaje de gustos tan extraños y asquerosos. Y eso, claro, nos hace imaginarnos el tipo de cena que le haría Sandra a Marcos. Todo tipo de cosas repugnantes imaginables, describes en esta historia, y todas esas cosas las realiza una chica desde pequeña: un personaje muy bien construido, muy claro en tu mente, y que supiste plasmar a la perfección en el papel. El último párrafo de la segunda parte en el que se describe el ritual de la bañera, me dio arcadas, y lo digo de verdad; incluso ahora, al recordarlo, he tenido un breve acceso. Eso es obra de na gran descripción.
    Luego se cambia de nuevo de tiempo, y se vuelve al presente, donde descubrimos que nuestra protagonista ha sido atropellada por... ¡un camión de agua!. Se podría decir que se trata de una muerte un tanto poética, pues fue ''asesinada'' por algo que esta especial chica trata de evitar, en cuanto ha higiene se refiere.
    Bueno, creía que lo había leído, pero no, de modo que me alegro de que lo hayas compartido de nuevo.
    Abrazo, Compañero de Palabras.

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    1. Mi intención era crear repugnancia y empatía por partes iguales, creo que la repugnancia sobrepasó al afecto que se le pueda llegar a tener al personaje... Yo le cogí cariño, me dolió que muriera tan joven, pero peor hubiera sido un desencadenante infeccioso por sus caprichos repugnantes.
      Gracias por tu monumental análisis y positiva valoración, siempre es un placer.
      Abrazo grande, Compañero de Palabras.
      Pd: Echo de menos a Ayna...

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  6. Excelente, Edga. Una de las parafilias más extremas que empezó con un simple «manjar de mocos» para luego desarrollarse en algo más siniestro. Abordas el tema de tal manera que la repugnancia sucumbe ante en interés. ¡Felicidades! Un musse de entrañas sería un acompañante perfecto para este bocado literario. Un abrazo!

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    1. Muchas gracias, Alonso.
      Una extraordinaria síntesis del relato.
      Mmmmmm, mousee de entrañas... ¡Rico, rico!
      ¡Abrazo, Compañero!

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  7. Que relato! Te graduaste con este EH! Me encanta lo retorcido que es, como lo has relatado con los detalles exactos para que visualicemos cada manjar. Repugnante, envolvente, vomitivo, exacto. Lo compartiré deseándoles "provecho" a todos los lectores. Felicitaciones, salgo por una sopa calientita.

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    1. Esta fue mi tercera publicación en el blog.
      Me alegra haberte hecho visualizar el banquete de los horrores.
      Muchas gracias por tus palabras, Mendiel.
      ¡Buen Provecho!
      ¡Abrazo, Compañera!

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  8. jajaaaja..por favor!!! qué delirio de micro!! eres total!! pasas de la máxima delicadeza a la mas impía e irreverente brutalidad...Me he reído sobretodo con la paradoja de que la atropelle un camión de agua embotellada, perfectamente aséptica e inodora)con lo feliz que ella se hubiera ido al otro barrio de haberlo hecho un camioncillo de mantillo de los parques, por decir algo pestilente...
    un abrazote grande! (voy corriendo a leer algo tuyo más entrañable :-)) )

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    1. Me gusta tocar todos y cada uno de los aspectos humanos y hacerlo de manera extrema.
      Este es lo que tiene, el gusto por el asco existe y aquí he intentado plasmarlo.
      El detalle de la causa de la muerte es una mezcla de paradoja y humor negro.
      Muchas gracias por tu gran comentario, Clara.
      ¡Abrazo, Compañera!

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  9. —Lee el relato —me dije—, ¿qué importa si en unos minutos irás a almorzar, no puede ser tan malo...

    Me arrepiento ja ja ja
    Pero ya en serio, muy interesante relato, original, de esos que no puedes dejar de leer porque te mantienen en suspenso sobre lo que ocurrirá.
    Un abrazo colega.
    P.d: En mi vida volveré a probar la sopa ja ja ja

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    1. Jajajajajaja... Me alegra que te arrepintieras, efecto logrado.
      Muchas gracias por tu valoración y comentario, Felipe.
      Prueba la sopa de alas de mosca, está realmente deliciosa. jajajaja.
      ¡Abrazo, compañero!

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  10. Perturbador, y sin palabras muy bueno Edgard.
    Eso si estaré un par o tres de horas sin ingerir ningún tipo de alimento creo que ni agua, me he quedado revuelta :|
    Genial enserio! Feliz día ^^

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    1. Muchas gracias, Irene.
      Espero que regresara pronto tu apetito. ¿Que tal un baño con Sandra?
      ¡Abrazo y Feliz día, Compañera!

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  11. Por favor, creía que lo había leído, pero no. Ya veo que no. Todavía me estremezco de la asquerosidad que siento por dentro. Ya no podré volver a ver una mosca de la misma manera. Puajjj. Te seuperas Hermano de Letras.

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    1. jajajajaja.. Muchas gracias, María.
      Espero que la asquerosidad se te pase pronto.
      Las moscas son plastas pero en la sopa tienen su puntito.
      ¡Abrazo enorme, Hermana de Letras! ;)

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